Esteban Galarza l Auditor Externo en Ecovis Ec l Posteado: Junio 20, 2022 por Ecovis Ec

¿Llevas las cuentas «en la cabeza»? Salvo excepciones, es posible que no sea la mejor opción para controlar el gasto de dinero. Los expertos dicen que, en general, pensamos que gastamos menos de lo que en realidad gastamos. Y los números en el papel (la computadora o el teléfono) ayudan a una mejor organización. Aquí te explicamos seis formas de armar el presupuesto mensual y para qué caso son más convenientes:

Presupuesto 50/30/20: el 50% de tu sueldo se destina a necesidades (vivienda, comida, servicios públicos y transporte, por ejemplo) el 30% a deseos (aquí entran las salidas a cenar afuera pero también las suscripciones a servicios de streaming) y el 20% a deuda y ahorros. Es la mejor opción para personas que hacen un presupuesto por primera vez y gente joven con gastos sencillos.

Presupuesto descendente: tú eres el director general de tu empresa y estableces los porcentajes de tu sueldo que se dedican a las prioridades que tú eliges. Las categorías son más específicas que el presupuesto 50/30/20, como por ejemplo: comestibles, ropa, internet, gasolina. Con un presupuesto descendente podrás organizar tus gastos y ahorros para alcanzar el objetivo. Es la mejor opción para personas con visión de futuro y con objetivos de ahorro específicos.

Presupuesto ascendente: en lugar de empezar con un objetivo general, se empieza «por abajo» con los costes reales de los gastos diarios. Es el camino a seguir para las personas que ya están atrapadas en algunos gastos bastante grandes, como una hipoteca, los costos de transporte fijos o los costos asociados con tener hijos. Un presupuesto ascendente incluye esos gastos desde el principio y te muestra lo que te queda. A partir de ahí, puedes trabajar para frenar los gastos o establecer objetivos de ahorro.

Presupuesto de suma cero: asigna a cada dólar una función. Págate a ti mismo primero asignando los primeros dólares a tus deudas o a tus objetivos de ahorro. A continuación, coloca cada dólar de tus ingresos mensuales en un espacio asignado, de modo que te quedes con cero (o tal vez con un poco de excedente en la cuenta corriente). Es la mejor opción para las personas orientadas al detalle y las que tienen gastos fijos elevados o a las que les cuesta controlar sus gastos.

Presupuesto inverso: al igual que un presupuesto de suma cero, primero te pagas a ti mismo. Pero en lugar de centrarte en categorías, identificas objetivos de ahorro específicos.

Una vez que hayas reservado los ahorros, el resto del dinero se destina a cubrir lo básico, como la vivienda y la comida, y todos los extras, que pueden variar de un mes a otro y son menos rígidos que en el de suma cero. Este presupuesto funciona mejor para las personas que tienen un cierto colchón financiero y quieren esforzarse por alcanzar objetivos de ahorro específicos.

Presupuesto en un sobre: reserva un sobre para cada una de tus categorías de gasto cada mes, por ejemplo la gasolina, alimentos, servicios públicos y alquiler. Una vez que hayas gastado lo que hay en el sobre, ahí te plantas. Utilízalo como complemento de otros presupuestos en las categorías en las que tus gastos se desborden. Quizá quieras tener un sobre solo para «salir» o «compras». Es la mejor opción para los que tienen dinero en efectivo, las personas visuales y los que necesitan frenar sus gastos.

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2022/06/16/como-no-pasarse-del-presupuesto-cuando-todo-esta-aumentando-de-precio-orix/

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Escrito por: María González

María es una experta en consultoría fiscal con más de 15 años de experiencia en el sector. Su enfoque personalizado y conocimiento profundo del mercado global la convierten en una valiosa aliada para nuestros clientes.

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